Después de iniciar tu planificación financiera, con objetivos más claros y proyecciones al futuro, es natural que busques mayores ganancias a través de las diversas opciones de inversiones.
Los fondos de renta variable implican un riesgo un poco mayor que los de renta fija o deuda; sin embargo, pueden también generar mayores ganancias a largo plazo. En la renta variable, a diferencia de la renta fija, no se conocen los flujos de caja que vamos a recibir por parte de la empresa, incluso puede que la rentabilidad sea negativa y que pierdas dinero con la inversión. Esto es debido a que la rentabilidad depende de diversos factores como la evolución de la empresa, la situación económica, el comportamiento de los mercados financieros, entre otros. Por eso decimos que la rentabilidad que ofrecen es variable. De ahí su nombre.
Un ejemplo de renta variable son las acciones, en las que los dividendos que se entregan a los accionistas varían según el comportamiento del negocio.
Es importante recordar que antes de hacer cualquier inversión, debes considerar cinco variables: